#89
Los ojos le pesaban, el sueño comenzaba a ganar la batalla frente a la consciencia, pero él continuaba esforzándose por teclear, por escribir algo —aunque fuese pésimo— para entretener a sus lectores. Ese grupo pequeño, pero fiel, de desconocidos —a los que apreciaba en secreto— que se interesaban por las tonterías que por años había publicado en su blog, ese espacio diminuto que le provocaba más alegría de la que se atrevía a confesar. Llevaba días sin publicar un cuento, una historieta, o esa unión aleatoria y circunspecta que se atrevía a llamar poesía. Algo se le tenía que ocurrir, se presionaba, y esa presión sólo lograba acentuar el bloqueo que le impedía crear.
Tomó su Moleskine, esa libreta mágica que tan sólo un par de meses atrás había llegado hasta sus manos desde Italia y que fue encontrada en Cali por una amiga suya que decidió sería buen regalo para él. En ella tenía apuntes, ideas, ensoñaciones, semillas de proyectos tan sólo vislumbrados. Recorrió con los ojos y el tacto una a una las páginas del Moleskine, leyó sus apuntes cuidadosamente y se maravilló con sus propias ideas, pero ninguna ellas estaba lista aún, no eran viables —que exigente se había vuelto consigo mismo—. Entonces observó una a una las ilustraciones que habitan las páginas del aquella agenda legendaria. Acuarelas y pluma se fusionaban en dibujos tan íntimos, tan diferentes, recordó allí las palabras de una amiga cuando él le permitió ver las imágenes de su moleskine:
—Que distintas son, estas son pinturas, pequeñas y muy distintas a cualquier imagen que hayas publicado en tu blog —dijo ella con un tono de maravilla y sorpresa que él no lograba entender—. Son muy intimas, en ellas puedo verte a ti de manera más clara, estas imágenes están formadas lejos de lógica narrativa que buscas en tus creaciones, deberías publicarlas.
Él recordó haber replicado que aquellos amigos que leían su blog no entenderían esos arrebatos ilustrativos, esas imágenes sueltas que carecían de explicación. De repente sus sentidos y memoria despertaron y vio sorprendido que a su alrededor, tirados en desorden y olvidados por mucho tiempo yacían cientos, quizá miles de dibujos, bosquejos, pinturas, fotografías y arrebatos creativos, que nacieron con el único objetivo de entretenerlo por unos minutos. Menospreciados, nunca recibieron más atención que la de su creador. En esa certeza surgió una idea, empezando por el moleskine, crearía un espacio en su blog para esas ilustraciones que ahora le exigían salir a la luz.
—Altais—
Aquí las imágenes llegaron bien! en un 1 de marzo primaveral!!!!
ResponderBorrarFelicitaciones por abrirte cada vez más puertas y ventanas para mostrarte y dejarte ver. Felicitaciones por el proceso que llevas. Felicitaciones por ser tan valiente de enfrentarte las veces que sean necesarias en ese duelo íntimo.
ResponderBorrarFelicitaciones muchas, variadas y surtidas porque te las has ganado a pulso.
Me encantan esas ilustraciones íntimas, los colores y las líneas precisas. Me maravilla el corazón.
Calladita calladita soy fan de Altais. Tengo una Moleskin agenda, estaría más viva con tu pluma líquida y colorida que con mis frases que nunca van a ningún lado. Muestra más! Muestra más!!! Kole
ResponderBorrarmuy bueno, te felicito
ResponderBorrarpas por el mio http://www.relatosdeundesquiciado.blogspot.com/